Vuelvo a la capital después de un mes de paz en mi tierra y por primera vez en tiempo me enfrento a la crisis postvacacional. Me rondan en la cabeza sin cesar las frases aquellas de Retorno a Brideshead:
"Ojala todo fuera siempre como ahora: siempre verano, siempre solos, la fruta siempre madura y Aloysius siempre de buen humor"
Et in Arcadia ego, los paraísos míticos en los que todos los sueños son posibles...Pero volvemos a la vida cotidiana. La vuelta ha sido dura, como digo, pero ya hay nuevos planes que prometen un otoño divertido e intenso, nueva flatmate, viajes, un cortometraje, trabajos nuevos...
No obstante todo ha quedado congelado estos días, me he embarcado en un bonito periplo doméstico. Pintar la casa de arriba abajo. Puertas, paredes, ventanas, restaurar cosillas, que cien años, son muchos años para un hogar y se acumulan los achaques... Renovación.
En este momento he montado el ordenador un minuto en una esquinita, luego lo volveré a embalar, quizá hasta el miércoles. No se reposa nada en una casa desmantelada. La vida se paraliza temporalmente. Estoy agotada. Pero en unos días la casa saldrá de la crisálida y tendré nuevas alas con las que volar en los campos del hogar.
¿Adivináis el color de mi casa renovada?
Yelow Submarine
Por cierto, Jim está malito, vomita casi todos los días desde hace una semana... A ver si el veterinario da con la pista.
:(
