Un Jueves Santo. 17 de Abril.
Ayer cuando veía pasar las procesiones me acordaba de él, esa
explosión de fé, dolor, belleza me parecía un tributo adecuado para él.
Me consuela tener toda su obra y poder
compartir con él en cualquier instante la intimidad de tantos viajes de
su alma, mi alma, del alma del mundo.
Hoy el sol brilla un poco más opaco.
Espero que en Macondo estén lloviendo flores amarillas.
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