translúcido, da.

(Del lat. translucĭdus).

1. adj. Dicho de un cuerpo: Que deja pasar la luz, pero que no deja ver nítidamente los objetos.

RAE


3 de agosto de 2010

"el si mismo"



Cuando pinté este cuadro quería reflejar el proceso de la construcción de la identidad humana, la dualidad de tomar y dejar. Todo gira en torno al conocimiento. Lo único que realmente nos pertenece, ya que no es computable como bien de fortuna. La danza como metáfora sublime del aprendizaje, ya que pretende simular el movimiento del universo, lo de arriba igual a lo de abajo, la unión con el todo a través del movimiento y por ende la integración de ese todo; y el reposo del desprendimiento, prueba última de la sabiduría cuando comprendes que la única opción para avanzar es desprenderse, y que la vida es un ciclo de continuos dejar ir, hasta el último y definitivo. Discernimiento y desapego.
Eso somos, eso tenemos, lo demás es baladí.

1 comentario:

Trastortiz dijo...

Ya lo dijo Hermes Trimegistro, hay tanta verdad en esas palabras. Todo el universo, todas las partículas que lo componen, están en nuestro cerebro. La red neuronal de nuestro cerebro o sea las sinapsis que existen en el mismo es tan alta, que es difícil de imaginar, la cifra está entre 100 trillones y un cuatrillón. Con esa cantidad de probabilidades, es fácil entender que nos juegue malas pasadas, por ejemplo, a veces creemos que nos han ocurrido cosas que nos han contado o que hemos soñado, con total claridad. Daríamos nuestra vida creyendo que son verdad y no son nada más que pura especulación. Ese conocimiento del que hablas es un poco kafkiano, no llegamos a discernir bien la realidad, ese conocimiento encerrado en el cerebro a oscuras, sin oír, sin sentir, si oler, sin percibir nada más que lo nuestros sentidos le indican que es y que no es. Sin embargo, en determinados individuos es capaz de sintetizar un quásar en una representación matemática y operativa tan intrínseca a él mismo como su propia materia. La danza del universo en el cerebro humano, el movimiento, la energía, la masa, en una conjunción que tiene una simbiosis altamente acreditada con las matemáticas, con el lenguaje. El desprendimiento de aquello que no queremos es lo más difícil, aprender a olvidar. Que gran invento. ¿Quién es capaz? Sólo podemos dejar pasar aquello que no nos interesa, pero todo aquello que quedó grabado a fuego en nuestro sistema límbico, ¿cómo podemos deshacerlo? Quizás el alzheimer acabe con todo aquello, en una lucha inquebrantable, por seguir queriendo ser y poco a poco dejar de serlo. Después la muerte....
Me gusta tu cuadro.
Humildemente...